Como estas raspas, que llevaba mucho tiempo queriendo hacer (adelanto un próximo collar repleto de huesecitos, por cierto)
Son móviles, articuladas y están hechas de fimo. Las cuentas intermedias son de cristal de roca, con lo que brillan mucho más y la verdad es que han quedado preciosos... Son además bastante larguitos, unos 7 centrímetros.
Y claro, no he podido resistirme a hacerlas en miniatura... como resultado estos pendientes:
5 comentarios:
¡Nata! ¡Que nos emocionamos las tres!... (pero qué majas que sois, por Zeus)
Aunque creo que en breve seremos cuatro las emocionadas, en cuanto Isolda vea estas apetitosas raspillas.
Me gusta el colgante con los cristales de roca.
¡Ya era hora! Desde que te alejaste, cuántos lugares se han tornado vanos y sin sentido... ¡Qué socorridito es Borges! :)
Me alegra tenerte de nuevo entre los vivos (creo que paso demasiado tiempo con Zombi-Valdés...).
¡Me encantan las raspas!
¡Si las pillara Isolda! ¿O ya lo hizo?
A día de hoy una pequeña pentámera ya ha cruzado las aguas del Leteo ayudada por unas pequeñas fauces llenitas de afilados colmillitos de leche.
me parecen chulismos!!!
=)
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